sábado, septiembre 09, 2006
Nicolás Riquelme Ríos
A la hora que me pregunten, no diré mentiras ni alucinaciones. Tampoco me refugiaré en mis destellantes y fugaces planteamientos de vida, ya que ellos están reñidos con el actuar de todos los que dicen comportarse, coherente-mente, en éste mundo.
Gracias, por dejárme ver al principio.
viernes, septiembre 01, 2006
domingo, agosto 13, 2006
¿Cómo puedes tú evaluarnos?
¿De quien es la culpa?
¿A quien hay que atacar?
¿Cómo nos defendemos si quienes están atendiendo el mal pertenecen a él, lo aceptan, no lo entienden y son víctimas de la euforia?
sábado, mayo 27, 2006
Observé en ti.
Sabes, observé en ti a una persona buena, con un sesgo de integridad por el prójimo y un fugaz destello de condescendencia, para quien está buscando un mejor porvenir. Mientras admiraba tu rostro, me imaginaba que pensabas tú de mí; tratando de escudriñar tu alma, ya forjada por la profesión y templada por la ambición.
Mientras corrían los minutos y las preguntas se tornaban más capciosas, traté de comportarme de la menara más célere. No hice aspavientos por tu insistencia en conocer el papel que juego, ahora, con mi actual empleador; no obstante, consideré que la actitud inquisitiva, de parte tuya, sería para coordinar el motivo de mi necesidad de desarrollo.
Pensé que hablarte, sinceramente, podría ser una de las tantas posibilidades que tiene un ser humano de comunicarse con otro ser humano pero…. Rescato tanto las palabras de las huestes que se han fabricado, introduciéndoles el anagrama de terror, pavor y desprecio por la inexistente Buena Fe del prójimo que, lo único potente acá, es la no sinceridad profesional hacia cualquier persona.
Ya perteneces a mi colección, una compilación tan grande como mi capacidad para haberte hablado a los ojos y explicarte, humanamente, mi necesidad de laborar en otra organización, aunque haya sido para repartir.
Atte.
HSQO